Un aviso que no da titulares fáciles, pero sí consecuencias reales: a partir de los 65, la renovación del permiso de conducir ya no es un simple trámite. La DGT no mira la fecha de nacimiento, mira un requisito concreto que, si no se cumple, cierra el volante para siempre.
Le piden el DNI, le toman la foto en una pantalla fría y le invitan a sentarse frente a dos palancas que parecen un videojuego antiguo. Respira hondo, como si el silencio midiera su pulso, y se acuerda de su hija diciéndole que vaya tranquilo, que no es un examen. El reloj del mostrador se oye más que nunca. Nadie habla, todos miran su propio nervio. Y entonces suena su nombre, tan claro como un semáforo en ámbar. Algo va a cambiar.
Qué cambia a partir de los 65: el requisito que decide la renovación
A partir de los 65, la autorización para conducir no caduca por la edad, caduca por no superar una condición básica: la **aptitud psicofísica**. El permiso B pasa a renovarse cada cinco años, los profesionales de camión y autobús cada tres, y cada prórroga va pegada a un informe que dice “apto”, “apto con restricciones”, “no apto” o “aplazado”. No hay misterio legal escondido, hay una evaluación que cruza visión, audición, coordinación, reflejos, atención y la estabilidad de enfermedades crónicas.
La escena más repetida es casi siempre la misma: las dos palancas que miden coordinación bimanual, un test de tiempos de reacción con pitidos, las letras proyectadas para ver a qué distancia puedes leer, y las preguntas de memoria breve del médico que recuerda a un crucigrama sencillo. Un dato que sitúa el asunto: en muchos centros, entre un 10% y un 15% de mayores de 65 sale “apto con restricciones” y vuelve a conducir con gafas obligatorias, espejo adicional o limitación horaria de conducción diurna. Todos hemos vivido ese momento en el que algo cotidiano pide de pronto una prueba nueva.
Lo que hay detrás es puro sentido común clínico: el coche multiplica cualquier pequeño fallo en una cadena de decisiones rápidas. Por eso el requisito es un filtro, no un castigo. ¿Qué mira el médico? Que la diabetes no haga hipoglucemias sin aviso, que la visión corregida alcance el mínimo legal (agudeza binocular de 0,5), que un tratamiento de benzodiacepinas no te deje somnoliento, que la artrosis permita mover el cuello, que no haya un deterioro cognitivo que reste juicio. El dictamen no es “a todo o nada”, se puede conducir con condiciones, y el papel de la DGT es fijarlas con criterio.
Cómo superar el psicotécnico sin sustos: guía práctica y realista
La mejor técnica empieza una semana antes, no la noche anterior. Lleva tu lista de medicación, mejor si el médico de cabecera te ha hecho un informe breve diciendo que la enfermedad está controlada y que la medicación es compatible con la conducción. Duerme bien, desayuna ligero, lleva tus gafas habituales y las progresivas si las usas, y no conduzcas hasta el centro si te genera tensión. Y sí, da respeto sentarse frente al evaluador.
En la sala te pedirán que muevas esas dos palancas sin salir del carril marcadito, que pulses cuando escuches un pitido, que leas letras cambiado de distancia, que atiendas preguntas sencillas de orientación. Si tiembla la mano, respira, pide repetir la prueba y toma tu tiempo. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Funciona contarle al médico cómo te organizas al volante, qué rutas haces, si conduces de noche o evitas autopista, porque las restricciones se ajustan a tu vida real.
Errores que se repiten: llegar sin gafas “porque veo bien de cerca”, ocultar medicamentos por miedo a un “no apto”, o forzar la prueba con presión arterial disparada. Mejor jugar a favor: hablar claro, pedir que te expliquen la restricción si aparece (gafas obligatorias, límite a conducción diurna, revisiones más frecuentes), y entender que el “aplazado” suele significar que falta un informe del especialista o ajustar dosis.
“No es un examen para pillarte, es un semáforo que te dice si pasas, pasas con precaución o paras un momento”, me dijo una psicóloga de un centro de reconocimientos de barrio.
- Documentos: DNI o NIE y tu permiso actual; la foto te la hacen allí.
- Coste: el centro cobra su reconocimiento y la tasa de la DGT, con exención a partir de 70.
- Tiempos: sales con un provisional; la tarjeta física llega por correo.
Lo que viene: movilidad, dignidad y seguridad compartida
A muchos les da miedo una palabra: “fin”. En realidad, lo que se ha instalado es un control periódico con dientes, que protege a quien conduce y a los de alrededor. Hay margen para seguir al volante con adaptaciones, hay informes que devuelven el “apto” cuando una operación de cataratas arregla un mundo borroso, hay licencias que añaden un espejo o limitan la noche para mantener autonomía. También hay casos en los que el “no apto” cae como un ladrillo, y duele, porque conducir es independencia, trabajo, vida social.
Lo más honesto es hablar del atropello invisible: un segundo de distracción por una hipoglucemia, un giro de cuello que ya no da, un frenazo tarde porque el ansiolítico te plancha la alerta. La norma no retira por fecha de cumpleaños, **no hay retirada automática por edad**; la curva gira cuando falta esa aptitud certificada. Si te toca parar, existen alternativas de movilidad, tarjetas de transporte bonificado, coches compartidos, vecindarios que se organizan, incluso cursos de adaptación a nuevas tecnologías como ADAS que ayudan a seguir con seguridad.
A partir de los 70 hay una buena noticia que casi nadie cuenta: **a partir de los 70, la tasa de la DGT es gratuita**. Los centros seguirán cobrando su reconocimiento, pero el trámite administrativo no cuesta, y la renovación mantiene el permiso vigente con el mismo número de puntos que tengas. Si has perdido todos los puntos o te han inhabilitado por sentencia, la vía no es el psicotécnico sino la recuperación del permiso. El requisito que manda no es tu año de nacimiento, es tu capacidad real y actual para convertir una mañana de recados en un trayecto seguro.
| Point clé | Détail | Intérêt pour le lecteur |
|---|---|---|
| Requisito decisivo | Informe de aptitud psicofísica emitido por un Centro de Reconocimiento de Conductores | Saber qué te van a evaluar y cómo prepararte |
| Renovación a partir de 65 | Validez de 5 años (B) y 3 años (C/D); posibles restricciones personalizadas | Planificar plazos y entender tus opciones |
| Costes y exenciones | Tasa DGT habitual, exenta desde los 70; honorarios del centro aparte | Calcular el gasto real y evitar sorpresas |
FAQ :
- ¿Me retiran el carnet por cumplir 65 años?No. La DGT no retira permisos por edad. A partir de 65, la vigencia se acorta y queda condicionada a superar el reconocimiento psicofísico. Si eres “apto” o “apto con restricciones”, sigues conduciendo dentro de esas condiciones.
- ¿Cuál es el requisito exacto para renovar?Obtener un dictamen de aptitud psicofísica favorable en un centro autorizado. Evalúan visión, audición, reflejos, coordinación, atención, y el control de enfermedades y tratamientos que puedan interferir con la conducción.
- ¿Qué pasa si no lo supero?Si el dictamen es “no apto”, no se puede renovar y la autorización queda sin efecto al caducar. Si es “aplazado”, te piden informes o ajustes y puedes regresar dentro del plazo que te indiquen, sin perder el derecho a intentarlo.
- ¿Puedo volver a intentarlo tras un “no apto” o “aplazado”?Con “aplazado”, sí: aportas el informe médico o ajustas tratamiento y repites. Con “no apto”, la vía es corregir la causa (operación de cataratas, estabilizar diabetes, reevaluación neurológica) y solicitar un nuevo reconocimiento cuando haya mejoría documentada.
- ¿Cuánto cuesta y qué documentos llevo?Lleva DNI/NIE y tu permiso. La foto y la firma las toman allí. El centro cobra su reconocimiento y tramita la tasa de la DGT; desde los 70 la tasa estatal está exenta, aunque el reconocimiento se paga igual.










Merci pour la mise au point. Je pensais que c’était “fin du permis à 65 ans”, alors qu’en réalité tout repose sur l’aptitude psychophysique et des restrictions personnalisées (lunettes, conduite diurne, etc.). C’est plus sensé qu’un couperet. Astuce utile: venir avec un mot du médecin traitant. Contrôle avec dents, pas punition. Rassurant.
Les deux manettes façon jeu vidéo, sérieux ? Je stresse déjà. On peut repasser si on dérappe pendant le test ? (oui, j’ai dérappe…)