Las facturas suben, el frío entra por rendijas que ni sabías que existían y cada clic del termostato pesa. Leroy Merlin ha rebajado sus aislantes un 40 %, y eso puede cambiar la película de tu invierno.
El vaho dibujaba pequeñas nubes en los cristales, como si la ventana respirara cansada. Ella miró el contador inteligente del móvil, él subió un grado la calefacción casi por reflejo, el gato buscaba un rectángulo de sol en el suelo. En la mesa, la última factura de gas, con un número que se atraganta solo. “No puede ser que haga tanto frío si lo tenemos a 21”, dijo ella. Caminamos por el pasillo con las manos, notando corrientes tibias y frías, como pequeños ríos invisibles. En la tienda, más tarde, los rollos de lana mineral parecían fardos de verano y las etiquetas rojas gritaban **40 % de descuento**. Nadie hablaba de calderas. Se hablaba de silencio y de aire quieto. El calor se estaba escapando.
El aislamiento: la calefacción que no se ve
La idea no es nueva, pero se siente nueva cuando pasas la mano por un marco y notas el hilo de aire. El aislamiento es una especie de **calefacción invisible**: no añade calor, evita que se pierda. Con la rebaja, lo que antes parecía “obra” suena a tarde con guantes, cutter y cinta. La gente empieza a mirar su casa como un abrigo que necesita forro. Un detalle aquí, otro allá, y de pronto la noche pesa menos. Y sí, hay algo de magia en oír la caldera arrancar menos veces.
Marta, 38 años, en Valladolid, gastó unos 120 euros en burletes EPDM para ventanas, un sellador acrílico y dos paneles de lana mineral para el falso techo del pasillo. Nada épico. Dos tardes y una escalera prestada. Al mes, su termostato marcaba el mismo 20, pero el salón tardaba más en enfriarse y la caldera se encendía menos. Su consumo cayó un 17 % respecto al mismo periodo del año pasado. Según datos divulgados habitualmente por IDAE, hasta un 25 % del calor se fuga por ventanas y un 30 % por cubiertas mal aisladas. No hace falta ciencia ficción para ganar dos grados.
A nivel físico, el calor se marcha por conducción y por fugas de aire. Cuando mejoras el “R” de un cerramiento —ese valor que cuenta lo que resiste al paso térmico—, la casa se comporta como un termo que deja de sudar. En números cotidianos: si inviertes 150-300 euros en puntos estratégicos y la promoción del 40 % empuja el precio a tu favor, el retorno puede llegar en un invierno de uso intenso. No es lineal, porque cada vivienda tiene sus puentes térmicos, pero la lógica es testaruda. Cortas el camino al frío, y la caldera descansa.
Qué comprar, dónde ponerlo y cómo hacerlo sin obra
Empieza por un mapa casero. Recorre la casa con una vela o una tira de papel fino cuando sople algo de viento: donde la llama baila o el papel vibra, hay fuga. Apunta ventanas, cajones de persiana, enchufes en muros exteriores, juntas de zócalo, bajo de puertas. Después, lista corta: burletes de goma o EPDM para ventanas, sellador para grietas, lámina retráctil para acristalamientos simples, espuma expansiva para huecos, reflectores para radiadores en muros exteriores, y, si hay falso techo o trastero alto, mantas de lana mineral. Lo esencial cabe en un maletero. Y en una tarde bien organizada.
Errores que se repiten: elegir burlete demasiado grueso y que no deja cerrar bien, comprimir la lana mineral hasta “matarla”, tapar rejillas de ventilación de cocina o baño, olvidar las cajas de persiana, sellar con silicona donde hace falta acrílico pintable. Todos hemos vivido ese momento en el que el aire te da en la nuca desde una rendija casi invisible. Seamos honestos: nadie repasa juntas y enchufes todos los días. Mejor hacer un barrido serio una vez, dejarlo bien y respirar. Literalmente.
Si dudas de por dónde empezar, piensa en el orden: primero fugas de aire, luego superficies frías. Un consejo que repiten los instaladores veteranos: La energía más barata es la que no se pierde.
“El mejor kilovatio es el que no se consume. Con una casa bien sellada, la caldera trabaja menos y el confort sube. La gente lo nota la primera noche”, nos dijo un asesor en pasillo de aislamientos de Leroy Merlin.
- Burletes en 10 ventanas: 30–50 € y una hora.
- Lámina retráctil para 2 ventanales: 20–30 € y un secador.
- Reflectores tras radiadores: 15–25 € y tijeras.
- Un rollo de lana mineral 40–60 mm: desde 18 € con la rebaja, y mascarilla puesta.
Este invierno puede ser distinto
Hay algo casi terapéutico en convertir un domingo de frío en un rito de casa: revisar, sellar, sentir el aire parar. No es glamuroso, no luce en redes, y aun así te cambia la noche. Cuando se corre la voz en la escalera y tres vecinos prueban lo mismo, el edificio entero se vuelve más amable. Con la rebaja, el empujón psicológico pesa tanto como el económico. Un piso de alquiler, una casa antigua, una obra nueva con prisas: todas esconden el mismo truco simple. Cuando lo descubres, el termostato deja de ser una ruleta. Y aparece algo raro en invierno: silencio, calor estable y la sensación de **ahorro real este invierno** que no depende de heroicidades.
| Punto clave | Detalle | Interés para el lector |
|---|---|---|
| Descuento del 40 % | Promoción en aislantes y accesorios seleccionados en Leroy Merlin | Comprar más por menos y acelerar el retorno |
| Dónde actúa el aislamiento | Ventanas, cajas de persiana, falsos techos, bajo puertas, muros exteriores | Intervenir justo donde el calor se fuga |
| Resultados esperables | Menos arranques de caldera, 1–3 ºC de confort, consumo más bajo | Confort inmediato y ahorro en la factura |
FAQ :
- ¿Qué productos entran en la rebaja del 40 %?La promoción suele incluir burletes, selladores, láminas para ventanas, espumas, reflectores y mantas de lana mineral de marcas concretas. Varía por tienda y stock.
- ¿Hasta cuándo dura la oferta?Las fechas dependen de la campaña y la disponibilidad. Conviene mirar la web o la app de Leroy Merlin y, si puedes, llamar a tu tienda para confirmar.
- ¿Cuánto puedo ahorrar en calefacción con estos cambios?En viviendas con fugas evidentes, es habitual ver reducciones de dos dígitos en consumo. Si tu casa ya está bastante sellada, el ahorro será menor, pero el confort sube.
- ¿Puedo instalarlo yo o necesito profesional?Burletes, láminas y reflectores son bricolaje doméstico. Para aislar falsos techos amplios o tratar puentes térmicos complejos, un instalador puede merecer la pena.
- Vivo de alquiler, ¿tiene sentido invertir?Sí, hay soluciones reversibles y baratas (burletes, láminas, bajos de puerta) que te acompañan cuando te mudes y mejoran tu invierno desde el primer día.









