La escena fue así: mantel blanco, café humeante y un plátano en el plato de postre. Un comensal rompió la punta con los dedos, como en la cocina de casa, y lo fue troceando a pellizcos. Alguien alzó una ceja. Otro sonrió, incómodo. En voz baja, una amiga mencionó a María José Gómez, periodista española, y su frase que ya circula en tertulias y WhatsApp: “Cuando estamos en la mesa el plátano no debe cortarse con las manos”. El gesto quedó suspendido en el aire. Nadie quería ser el aguafiestas de la sobremesa, ni el purista del tenedor y cuchillo. Yo miré el plato, más atento al ritual que al sabor. A veces, los detalles revelan la película entera sin que nos demos cuenta. Algo se nos escapa.
El gesto que delata la mesa
En una mesa compartida, los movimientos cuentan historias. Trocear un plátano con las manos frente a otros manda señales que no siempre buscamos mandar. En la cotidianidad, da igual. En un entorno formal, pesa más de lo que creemos.
He visto esa microtensión en cafés de hotel, comidas de trabajo y brunchs de domingo. Alguien actúa como en casa, otro recuerda el protocolo de la abuela. Se cruzan miradas, se baja el tono. No hay mala intención, solo códigos distintos chocando en un segundo.
La explicación es sencilla: la mesa compartida crea una coreografía. Cada cubierto tiene su papel. El plátano, por textura y forma, invita a lo manual. Aun así, **el plátano no se corta con las manos** cuando el contexto es de mesa con platos y cubiertos. No es snobismo; es ordenar el gesto para que todos se sientan cómodos.
Cómo hacerlo sin hacerlo raro
La técnica funciona mejor si es discreta. Coloca el plátano en el plato de postre. Con cuchillo de postre, corta las puntas. Haz una incisión suave, longitudinal, en la cáscara. Retira la cáscara por secciones con ayuda del tenedor, sin levantar el fruto de golpe. Luego corta bocados diagonales, pequeños. Fin del misterio.
Errores típicos: pelarlo entero de una, dejar la cáscara colgando como serpiente o aplastarlo con el cuchillo. Todos hemos vivido ese momento en el que la sobremesa se vuelve escaparate y nos sentimos observados. Respira, toma el tenedor y deja que el plato marque el ritmo. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Basta con saber hacerlo cuando toca.
María José Gómez dejó la frase y la imagen se pegó a muchas mesas. Conviene recordarla sin dogmas, como recordamos una servilleta en las piernas o el pan a la izquierda.
“Cuando estamos en la mesa el plátano no debe cortarse con las manos”. — María José Gómez, periodista
- Cuándo aplicar: comidas formales, restaurantes, desayunos de hotel.
- Plan B rápido: si no hay cuchillo, usa solo el tenedor para seccionar suavemente.
- Zonas grises: casa de amigos íntimos, picnic, barra de bar.
- Señal amable: acompaña el gesto con una sonrisa y sigue la conversación.
Lo que revela un plátano
Más allá del plátano, hablamos de convivencia. Qué hacemos con un fruto habla de cómo cuidamos la experiencia del otro, ese que comparte mesa y conversación. **Un gesto sencillo** que evita manchas, dudas y silencios torpes.
Hay quienes ven exageración en todo esto. Lo entiendo. Comer también es relajarse y no ponerse etiquetas en cada bocado. Aun así, la mesa es un escenario chico donde ensayamos cómo estar juntos. Un par de cubiertos y listo.
Piensa en tus propias rutinas. ¿Qué hábitos te dieron tus mayores que hoy protegen la charla, el mantel, el rato? Tal vez la frase de Gómez funcione como alarma suave. No obliga, orienta. Y, si toca romperla, que sea por una buena razón y no por inercia.
Queda una idea rondando: el respeto cabe en gestos mínimos. La mesa no pide solemnidad a diario, pide atención. Hay días de mantel de papel, otros de copa fina. En ambos, puedes elegir cómo entrar en la coreografía. No es etiqueta por etiqueta. Es cuidar la escena común para que la comida sepa mejor. Y dura tan poco.
| Punto clave | Detalle | Interés para el lector |
|---|---|---|
| Regla de contexto | En mesa formal, usa cuchillo y tenedor para el plátano | Evita miradas incómodas y mantiene la armonía |
| Método práctico | Corta puntas, incisión a la cáscara y bocados pequeños | Aplicable en restaurantes, hoteles y eventos |
| Flexibilidad | En entornos informales, la naturalidad manda | Reduce la presión y permite adaptarse |
FAQ :
- ¿Y si estoy en casa y no hay cuchillo de postre?Usa el tenedor para seccionar y la hoja de un cuchillo normal con suavidad. Si estás solo, come como prefieras.
- ¿Qué hago con la cáscara?Déjala recogida en el plato, doblada hacia sí misma, sin dejar tiras sueltas. Al retirar, va al cubo orgánico.
- ¿Y si el plátano está muy maduro y se deshace?Trabaja en trozos más grandes, cortando menos. Si el riesgo de desastre es alto, opta por cuchara de postre.
- ¿En un desayuno de hotel tipo buffet aplica lo mismo?Sí. Si te sientas en mesa con cubiertos, sigue el método. En barra alta de paso, puede ser más flexible.
- ¿Qué pasa si ya lo corté con las manos?Nada grave. Limpia discretamente, sonríe y continúa. Aprende para la próxima y no le des vueltas.









