Luis Romero, camarero en Noruega: “Aquí gano el doble que en España y trabajo solo 35 horas a la semana”

Luis Romero, camarero en Noruega: “Aquí gano el doble que en España y trabajo solo 35 horas a la semana”

Luis Romero no se mudó a Noruega por aventura ni postal nevada: se fue por un sueldo que le permite respirar y por un horario que cabe en una vida. Entre cafés y turnos de 35 horas, su historia pone una pregunta sobre la mesa: ¿qué precio real tiene ganar el doble lejos de casa?

Luis sortea mesas con una bandeja, cambia al noruego para el “takk” y vuelve al español en la barra con una sonrisa cansada. Todos hemos vivido ese momento en el que el cuerpo pide una pausa y la cabeza sigue corriendo.

Al acabar la comanda, mira el reloj y anota mentalmente su cuarta pausa del día. El encargado le deja cinco minutos más, “porque hoy ha estado duro”. Luis se encoge de hombros: aquí las reglas se cumplen. La mitad del bar escucha.

La idea que repite, casi como un mantra, suena así: “Aquí gano el doble que en España y trabajo solo 35 horas a la semana”. No es fanfarronería, es alivio. Turnos cerrados, descansos marcados, propinas que se reparten sin peleas y un convenio que no se negocia a la baja en cada esquina.

En la sala, la rotación existe, pero no se sufre. Los domingos son de verdad domingos. Luis nota que su humor cambió: dormir ocho horas seguidas encaja de nuevo. Volver a casa de día después de un turno de tarde parece un lujo pequeño, pero pesa mucho.

Los números ayudan a visualizarlo. En su restaurante, el salario base ronda las 210 a 230 coronas por hora según el turno. Con 35 horas semanales, se va a 32.000–36.000 coronas brutas al mes, más propinas. Tras impuestos, su neto queda en torno a 24.000–27.000 coronas, que al cambio son entre 2.000 y 2.300 euros aproximados.

En su último contrato en Valencia, bajaba de 1.200 euros líquidos con jornadas que rebasaban las 45 horas “en temporada”. Aquí, si un día se extiende, se paga extra sin regateo. El tiempo vale dinero, pero también dignidad. Su frase se le queda en la garganta y vuelve a la mesa 4 con dos capuchinos.

La otra mitad de la historia está en el coste de vida. Un estudio pequeño en Oslo puede costar 14.000–18.000 coronas; una habitación, entre 7.500 y 11.000 según zona. La compra es cara si te quedas en tiendas del centro. Aun así, a Luis le salen los números con un margen que en España no tenía.

Gasta menos por ansiedad: planifica, cocina más en casa, usa el tranvía y la bici del ayuntamiento. El ahorro ya no es un unicornio, es una transferencia mensual. La barrera idiomática existe, sí, pero su trabajo fluye con inglés y atención sincera. La nieve no discute; el sistema, tampoco.

Su método para aterrizar tuvo poco de épico y mucho de orden. Vino con una oferta informal de un amigo, preparó el CV en inglés y un perfil breve en noruego con frases básicas. Pidió el D-number, abrió cuenta bancaria y se registró en la Skatteetaten para retención de impuestos.

Durante el primer mes, escuchó más de lo que habló. Aprendió diez frases útiles: “allergi”, “regning”, “bon”, “vann”, “tilbud”. Llegaba diez minutos antes y apuntaba procedimientos. Si algo no entendía, lo escribía en el móvil y lo repetía media hora en casa. No parece heroico. Funciona.

El error que más ve en compatriotas recién llegados es gastar como turista y pensar como local. Se lía uno con suscripciones, cafés diarios, cenas fuera, y el margen se evapora. También hay quien subestima el invierno: la luz corta el ánimo si no te organizas.

Seamos honestos: nadie estudia noruego una hora al día todos los días. Lo realista es 15–20 minutos constantes y una clase grupal por semana. Luis falló tres veces y volvió a empezar. Lo cuenta con vergüenza amable. “Es un idioma que se deja querer si lo escuchas”, dice, mientras seca una copa.

Hay otra pista escondida en su rutina: cuidar los vínculos. Tener dos colegas noruegos y uno lituano le salvó del bucle trabajo-cama. Aquí encaja una frase que aún le sorprende decir en voz alta.

“Aquí gano el doble que en España y trabajo solo 35 horas a la semana, pero lo que me retiene es llegar al sábado y saber que es mío.”

  • Buscar piso en grupos verificados: evitar depósitos en efectivo o sin contrato.
  • Pedir por escrito el salario por hora y el suplemento de festivos.
  • Reservar un fondo de 3 meses: renta, transporte, imprevistos.
  • Plan de luz y vitamina D: tu ánimo lo nota.

Lo que cuenta Luis no va solo de coronas y propinas. Va de cómo cambia el cuerpo cuando el día se ordena y de cómo pesa menos la culpa de descansar. No hay épica: hay decisiones pequeñas, casi aburridas, que sostienen una vida. El norte no regala nada, tampoco lo quita cuando cumples.

¿Compensa? A ratos sí, a ratos duele. La familia está lejos, el idioma pincha y la ciudad te pide paciencia. Hay noches en que el silencio de la nieve suena demasiado alto. Aun así, él mira el calendario y planifica el próximo verano en Cádiz con una idea fija: volver porque quiere, no porque no llega.

Punto clave Detalle Interés para el lector
Sueldo y horas 35 horas semanales y salario por hora 210–230 NOK + propinas Comparar con España y estimar ingresos reales
Coste de vida Alquiler 7.500–18.000 NOK según habitación/estudio; compra y transporte ajustados Calcular margen de ahorro y evitar sustos
Ruta práctica CV bilingüe, D-number, cuenta bancaria, registro fiscal, frases clave en noruego Guía accionable para quienes quieren intentarlo

FAQ :

  • ¿Hace falta hablar noruego para ser camarero?Con inglés puedes empezar en zonas turísticas o cadenas; el noruego abre mejores turnos y sueldos. Un A2 sólido ya te ayuda en sala.
  • ¿Cuánto se paga de impuestos?Depende de tu tarjeta fiscal y deducciones, pero muchos camareros quedan entre 25% y 30% efectivos. Entra en Skatteetaten y simula tu caso.
  • ¿Cuánto se puede ahorrar al mes?Con 35 horas, habitación compartida y gasto consciente, 6.000–10.000 NOK mensuales son realistas. Si alquilas estudio, el ahorro baja.
  • ¿Cómo encuentro trabajo desde España?Portales como Finn.no, EURES, y grupos de Facebook de hostelería en Oslo/Bergen. Entrevistas por videollamada y llegada con fechas claras.
  • ¿Qué derechos laborales son clave allí?Pausas pagadas según turno, pluses de festivos, horas extra reguladas, vacaciones y plan de pensiones. Pide todo por escrito en el contrato.

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