Rafael Alonso, ingeniero español en Alemania: “Aquí gano el doble y tengo tiempo libre”

Rafael Alonso, ingeniero español en Alemania: “Aquí gano el doble y tengo tiempo libre”

Rafael Alonso dejó una agenda llena de horas extra en España por una rutina alemana en la que el reloj importa tanto como el sueldo. Sostiene un café en una estación de Múnich y repite una frase que resume su mudanza: “Aquí gano el doble y tengo tiempo libre”.

Rafael Alonso, 34 años, ingeniero industrial, mira por la ventana cómo la ciudad se sacude la nieve de los tejados. A las 8:18 ya ha revisado Slack, ha respondido un par de mensajes y guarda el portátil. “No es heroísmo, es organización”, me dice con una media sonrisa.

Viene de Valencia, de un despacho de proyectos que le pedía “un esfuerzo más” casi todas las semanas. Ahora sale a las 16:45, coge la bici cuando no hiela y llega a casa con luz. El lunes duele menos.

En su voz hay sorpresa tranquila, como quien descubre que caben más días dentro de una semana. Lo que dijo después nos dejó pensando.

Salario, sí, pero también vida

Rafael habla del sueldo como quien enumera piezas en una mesa de trabajo: claras, contables, sin épica. “Pasé de 33.000 a cerca de 70.000 brutos al año”, resume. No presume, lo constata. La esencia está en otra parte: las 30 jornadas de vacaciones, el horario compacto y la sensación, nueva para él, de que el tiempo personal no es un capricho.

En España sentía que la hora de salida era una promesa elástica. Aquí, si son las cinco, son las cinco. Y esa certeza, pequeña y radical, ordena todo lo demás. **El dinero te quita angustias; el tiempo te devuelve el resto.**

Lo cuenta con una anécdota mínima. Su equipo cerró un hito del proyecto el jueves a mediodía. En su etapa anterior, aquello habría significado tarde-noche para “rematar”. En Múnich significó pizza, brindis de agua con gas y cada cual a su casa. “El viernes lo celebramos con un stand-up de diez minutos y ya”, relata. El fin de semana fue al lago Starnberg, sin el runrún del correo.

Números, por si alguien los busca: alquiler compartido por 900 euros, abono mensual de transporte subvencionado, seguro médico sólido. Y la nómina entra siempre el mismo día, como una cita seria. Se ríe cuando recuerda su Excel de antes, con fórmulas para llegar a fin de mes. Hoy ese Excel está en modo simple.

La explicación no es un eslogan migratorio, es un engranaje. Alemania necesita ingenieros y lo sabe. Hay vacantes estables en automoción, energía, robótica, logística; la burocracia es gris, pero funciona. Muchas empresas integran equipos internacionales donde el inglés manda y el alemán se aprende en paralelo.

España forma talento y Alemania lo contrata. En el medio hay decisiones personales, miedos razonables y una aritmética que pesa. “Pagan mejor, piden foco y respetan el resto”, sintetiza Rafael. Seamos honestos: nadie improvisa una vida así en dos tardes.

Cómo lo hizo (y lo que puedes copiar sin quemarte)

Rafael no tuvo un golpe de suerte, tuvo un método. Preparó un CV en inglés y otro en alemán, ambos de una página, medibles: procesos optimizados, costes reducidos, proyectos certificados. Limpió su LinkedIn como si fuese un escaparate y añadió palabras clave de su stack: PLC, CAD, Lean, ISO, Python básico. Tres cartas de recomendación cortas. Un portafolio en GitHub con dos casos técnicos claros.

Luego definió su rango salarial y lo dijo sin timidez. “Busco entre 65k y 75k según responsabilidades”. Esa frase, directa, ordenó entrevistas. Practicó preguntas técnicas en Pramp, grabó respuestas en vídeo y se escuchó. Pequeños ajustes de pronunciación, velocidad, pausas. Y cada candidatura con mini adaptación: dos líneas al principio que demostraban que había leído la oferta.

Errores que vio en otros y trató de evitar: enviar el mismo CV a todo, CVs con 4 páginas, frases huecas tipo “trabajo en equipo y proactivo”. También el síndrome del impostor disfrazado de humildad. “No digas ‘nivel medio’ si tienes un B2 de alemán; di B2, y ya corregirá tu acento la vida”, recomienda.

Otro clásico: negociar al final, cansados. Mejor sentar expectativas en la segunda entrevista: salario, 13º mes, bonus, 30 días, remoto, formación, plan de reubicación. Y preguntar por detalles que cuentan: tiempo de desplazamiento, guardias, herramientas, si hay “tarifvertrag”, si usan tiempo compensatorio real. **Las condiciones se firman con tinta, no con entusiasmo.**

Hay algo emocional que no cabe en un Excel: el permiso de imaginarse otra vida. Rafael pasó por ahí y lo dice sin receta universal: “No vine a ser héroe, vine a estar bien”. Cuando llegó el primer invierno largo, dudó. Luego encontró un grupo de escalada, clases de alemán pagadas por la empresa y rutinas pequeñas que lo anclaron.

“Aquí gano el doble y tengo tiempo libre. No es un milagro, es un sistema que te deja vivir”

  • Portales útiles: StepStone, LinkedIn Jobs, Indeed, XING.
  • Visado y papeles: Tarjeta Azul UE, Anmeldung, Steuer-ID, seguro médico.
  • Lengua: inglés funcional abre puertas; alemán B1-B2 las mantiene abiertas.
  • Coste de vida: vivienda alta, pero sueldo acompaña; transporte barato con abono.
  • Red y apoyo: grupos de españoles, meetups tech, sindicato o comité de empresa.

Y lo que esto dice de nosotros

Todos hemos vivido ese momento en el que la vida nos pregunta si seguimos corriendo o cambiamos de camino. La historia de Rafael no es una consigna para marcharse. Es un espejo. Hay empresas en España que ya hacen las cosas bien, equipos con jornadas razonables, salarios dignos y cultura de cuidado. Ojalá sean mayoría. Por ahora, el mapa laboral europeo propone rutas distintas, y cada uno decide qué paga y qué cobra, en todos los sentidos.

Rafael mira hacia el verano. Su plan no es épico: subir montañas fáciles, aprender a hacer pan, visitar a sus padres en agosto. Entre líneas, uno entiende por qué se queda. Aquí se compra tiempo, y lo usa. **Quizá la pregunta real no sea cuánto ganamos, sino cuánta vida nos da lo que ganamos.**

Punto clave Detalle Interés para el lector
Salario y beneficios Rango 65k–75k brutos, 30 días, bonus, seguro Referencia concreta para negociar
Jornada y cultura Salida real a las 16:45–17:30, foco y desconexión Modelo de equilibrio vida-trabajo replicable
Ruta práctica CV de 1 página, LinkedIn limpio, portales clave, Blue Card Pasos accionables para empezar hoy

FAQ :

  • ¿Necesito alemán perfecto para trabajar como ingeniero en Alemania?Muchos equipos operan en inglés, pero el alemán B1–B2 acelera la integración y las promociones.
  • ¿Cuánto se cobra de media?Perfiles júnior 45k–55k; intermedios 60k–75k; senior 75k–95k+, según sector y ciudad.
  • ¿La vida es mucho más cara?La vivienda aprieta en grandes ciudades, pero el salario compensa y el transporte es asequible con abonos.
  • ¿Cómo empiezo el papeleo?Investiga la Tarjeta Azul UE, prepara títulos apostillados, contrato, Anmeldung, Steuer-ID y seguro.
  • ¿Qué sectores contratan más?Automoción, energía, robótica, logística, industrial digital, y consultoría técnica.

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