Así puedes ahorrar hasta 20 € al mes ajustando la temperatura del frigorífico

Así puedes ahorrar hasta 20 € al mes ajustando la temperatura del frigorífico

Ajustar la temperatura del frigorífico no es solo un truco nerd: es dinero real a final de mes, comida que dura bien y un electrodoméstico que respira.

Miras el imán con termómetro que te regaló tu cuñado y marca 1 ºC, casi helado. Luego piensas en la factura que llegó ayer, con un pico en plena ola de calor, y te entra esa mezcla rara de rabia y resignación. A un amigo le oí decir que la nevera, mal ajustada, es como dejar una ventana abierta al Ártico. Probé a mover una sola rueda: subí el frío del frigorífico a 4 ºC y dejé el congelador en -18 ºC. Durante un mes tomé notas y usé un enchufe medidor. *La energía más barata es la que no se gasta.* La cifra te va a sorprender.

La temperatura que paga o que ahorra

El frigorífico trabaja 24/7. Si le pides más frío del necesario, no descansa y se dispara su consumo. El punto dulce para la mayoría de modelos está en **4 ºC** en la zona media y **-18 ºC** en el congelador. No es capricho: ahí se frena bien el crecimiento bacteriano y los alimentos conservan textura. Bajar a 2 ºC no mejora el sabor del tomate ni la vida del yogur. Solo alarga el tiempo que el compresor se queda rugiendo en silencio. Y ese zumbido se paga.

Ponle números concretos. Una combi de 10 a 15 años puede tragar 400–600 kWh al año. Si está puesta “a tope” o en modo súper sin necesidad, la factura se infla. En casas con tarifa cara en horas punta y cocinas muy calientes, ajustar de 2 ºC a 4 ºC y fijar el congelador en **-18 ºC**, en lugar de -22 ºC, puede recortar un buen mordisco del gasto. Lectores nos han enviado casos con caídas de 10 a 30 kWh en un mes caluroso. Con precios de 0,25–0,40 €/kWh, eso es un ahorro de 2,5 a 12 €. En situaciones extremas —modo súper olvidado, frigorífico viejo, cocina al oeste— se rozan los **ahorros de hasta 20 € al mes**.

La lógica lo explica fácil. Cuanto más baja la consigna, más tiempo necesita el compresor para llegar y mantenerse en ese frío. A eso súmale las aperturas de puerta, la humedad del ambiente y el calor del verano. La nevera compensa todo con ciclos más largos y frecuentes. Subir a 4 ºC reduce esos ciclos sin poner en riesgo la seguridad alimentaria. La mayoría de bacterias se ralentizan en la franja 0–5 ºC, y a -18 ºC los procesos se “pausan” de forma segura. A 0 ºC, en cambio, se hiela la lechuga y la fruta pierde gracia. No compensa.

Cómo ajustar tu nevera en 10 minutos

Empieza por medir. Coloca un vasito con agua en la balda central, deja un termómetro dentro y espera 12–24 horas sin grandes cambios. Gira el selector o entra al menú hasta que el número se acerque a 4 ºC. Para el congelador, busca -18 ºC. Si tu panel muestra “barritas”, consulta el manual o prueba un clic arriba o abajo y vuelve a medir al día siguiente. Si tienes No Frost, recuerda que tarda un poco más en estabilizar. Y si usas enchufe medidor, anota consumos diarios: verás la curva bajar cuando das con el punto.

Evita errores tontos que disparan el gasto. No metas ollas humeantes, deja que templen. No forres cada balda con plástico que bloquea el aire. Deja huecos para que el frío circule. Revisa las gomas: si una hoja de papel escapa al tirar, hay fuga. Mantén 5–10 cm de separación con la pared para que el condensador respire. Todos hemos vivido ese momento en el que la puerta se queda mal cerrada y solo lo notas por el charquito al día siguiente. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Por eso compensa simplificar el gesto: una temperatura estable y un vistazo rápido al abrir.

Un técnico me dijo una frase que no se me olvida.

“Bajar de 4 ºC a 2 ºC no hace milagros con la comida. Con la factura, sí: la empeora.”

  • Termómetro barato: 5–8 € y una verdad que despeja dudas.
  • Modo súper solo para cargas grandes y 24 horas como máximo.
  • Separa la nevera del horno y del sol directo siempre que puedas.
  • Limpia el serpentín trasero dos veces al año con un cepillo.
  • Rellena con botellas de agua si está medio vacía para estabilizar el frío.

Pensar el frío de otra manera

El frío es una comodidad silenciosa. No se oye hasta que la factura duele. Ajustar a 4 ºC y -18 ºC es un pequeño pacto con tu futuro yo: comida segura, motor más relajado y un goteo de euros que se quedan en tu bolsillo. En casas donde el precio por kWh baila según la franja, elegir bien la consigna en verano vale por dos. Y si compartes piso o vivís en familia, colocar un imán con “4 ºC / -18 ºC” cambia hábitos sin peleas. No necesitas domótica de ciencia ficción para empezar a notar el efecto.

Punto clave Detalle Interés para el lector
Temperaturas objetivo Frigorífico a 4 ºC y congelador a -18 ºC Equilibrio entre seguridad alimentaria y ahorro
Medición casera Vaso con agua + termómetro 12–24 h Control real sin gastar casi nada
Escenarios de ahorro Evitar “modo súper”, corrección de ajustes muy fríos Ahorros de 2–12 € y, en casos extremos, hasta 20 €

FAQ :

  • ¿Cuál es la temperatura ideal del frigorífico?Para la mayoría de modelos, 4 ºC en la balda central. Mantiene la comida segura y el compresor trabaja menos que a 2 ºC.
  • ¿Y en el congelador?-18 ºC. Por debajo, el gasto sube y no ganas calidad real en alimentos de consumo doméstico.
  • ¿Puedo ahorrar hasta 20 € solo ajustando la temperatura?En casos extremos —ajuste muy frío, modo súper activo, verano intenso y tarifa cara— sí se han visto ahorros de ese orden. En hogares medios, el rango más común va de 2 a 12 € al mes.
  • ¿Cómo sé si mi nevera está demasiado fría?Termómetro en vaso con agua 12–24 h. Si marca 0–2 ºC en el centro, estás congelando verduras y gastando más de la cuenta.
  • ¿Cada cuánto debo revisar el ajuste?Al cambiar de estación, tras limpiezas profundas o si notas hielo, condensación o ruidos largos del compresor.

Laisser un commentaire

Votre adresse e-mail ne sera pas publiée. Les champs obligatoires sont indiqués avec *

Retour en haut