Mercadona lanza una crema hidratante por menos de 4 € que se agota cada semana

Mercadona lleva meses jugando a una especie de escondite con su última crema hidratante: aparece, vuela, vuelve a aparecer y otra vez estantería vacía. El precio hace arquear cejas —por debajo de los cuatro euros— y el boca a boca ha hecho el resto. En tiendas de barrio y grandes superficies la escena se repite a diario: “Hoy llegan diez cajas”, dicen, y a media tarde ya no queda ni una. Lo curioso no es solo el furor, sino lo que revela sobre nuestra manera de comprar belleza en tiempos de inflación silenciosa.

Cinco minutos después, un empleado aparece con un palé, corta el plástico con un cutter y saca los primeros tarros blancos, discretos, sin promesas grandilocuentes. Alguien coge dos y pregunta si puede llevar cuatro, por si vuelan. Hay murmullo, hay prisa, hay ese pequeño ritual colectivo que solo se activa cuando algo barato funciona. Todos hemos vivido ese momento en el que una ganga se transforma en microleyenda de barrio. Y aquí, la leyenda tiene tapón de rosca y etiqueta corta. La pregunta es obvia: ¿qué tiene esta crema para arrasar así?

La crema low-cost que arrasa en Mercadona

La gracia no está solo en el precio, aunque pagar **menos de 4 €** por una hidratante en 2025 suena casi a chiste privado. La gracia es que hidrata de verdad, con textura ligera, aroma limpio y cero pegajosidad, ese combo que pide la piel cuando te maquillas rápido o te vas a trabajar en metro. Un envase de 50 ml, tapa blanca, nombre sencillo y promesa clara: confort sin complicaciones. En un pasillo lleno de claims, su estética anti-hype seduce por contraste. Y sí, **se agota cada semana**, lo cual alimenta la leyenda y la lista mental de “cómprala cuando la veas”.

En la tienda de La Eliana, Elena, 32 años, la descubrió por casualidad cuando iba a por papel de cocina; la probó por la noche y al día siguiente volvió a por otra para su madre. Lo contó en un grupo de WhatsApp y en menos de tres días tres amigas la sumaron a su neceser, una de ellas jurando que había notado la piel “menos tirante” en el turno de noche del hospital. En TikTok, el hashtag con el nombre del producto acumula miles de visualizaciones y comentarios de “me funciona en piel mixta” o “ojo, se absorbe muy rápido”. Ese es el combustible real: microhistorias que encajan con la vida real, repetidas hasta volverse tendencia.

El patrón encaja con un fenómeno social: buscamos productos sin curva de aprendizaje, que den resultado inmediato y que no duelan al pagarlos. Cuando un básico cumple con esas tres cosas, se activa un bucle perfecto: la gente lo prueba, lo recomienda y vuelve a por más antes de que se acabe. El precio bajo elimina el miedo al “por si no me va bien”, mientras el rendimiento inmediato mata el escepticismo. Resultado: rotación meteórica y sensación de tesoro escondido. No es magia, es logística, marketing accidental y una fórmula solvente que hace lo que promete sin drama.

Cómo sacarle partido y no frustrarte en el intento

La rutina que mejor le sienta es simple: limpieza suave, piel aún ligeramente húmeda y una cantidad pequeña, del tamaño de un garbanzo, extendida con movimientos ascendentes. Si tu piel pide un extra, una gota de serum con **ácido hialurónico** debajo la convierte en un refuerzo asombroso para días secos o calefacción a tope. Por la mañana, termina con protector solar —sí, también en invierno— y por la noche puedes combinarla con un contorno ligero si el área de los ojos suele resecarse. Menos ruido, más constancia: ahí es donde esta crema enseña sus mejores cartas.

Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Por eso conviene pactar contigo una versión “de mínimos” para días caóticos: agua templada, medio minuto de toalla, crema y listo. Si llevas maquillaje, espera un minuto antes de aplicar la base para que asiente, así evitas bolitas o brillos raros en la zona T. Si tu piel es grasa, úsala solo en zonas necesitadas o por la noche; si es seca, refuerza con un serum humectante y no la escatimes en mejillas. El objetivo no es la perfección, sino evitar el vaivén de piel sedienta a piel saturada.

Lo que más frustra no es el producto en sí, sino los malentendidos: no esperes que borre arrugas profundas ni que sea una mascarilla milagrosa. Esta es una hidratante todoterreno para el día a día, sin más.

“Cuida la barrera, no la castigues. Una crema que hidrata y calma vale por dos, incluso si el envase no da likes”, dice Marta C., farmacéutica y formadora en dermo.

• Tipo de piel: normal a mixta; en piel muy seca, combínala con aceites o serums humectantes.
• Momento ideal: mañana y noche, con una capa fina y constante.
• Clima y temporada: rinde mejor en otoño-primavera; en verano, úsala como base ligera.
• Capricho sensorial: guárdala en la nevera para un efecto fresco y descongestivo.
• Plan B: si se agota, alterna con una loción de glicerina y vuelve cuando repongan.

Lo que revela este boom sobre nuestra piel y nuestro bolsillo

El éxito semanal de esta crema es un espejo: no compramos solo ingredientes, compramos tranquilidad. En plena subida de cestas básicas, una hidratante que funciona por menos que un café de especialidad encaja en un nuevo minimalismo práctico: pocas cosas, bien elegidas, que duren y no duelan en gastos. También habla de la confianza en marcas de distribución, donde el control de costes y el acceso a proveedores sólidos permite lanzar fórmulas dignas sin pagar campañas de famosos. No es romanticismo, es eficiencia aplicada al baño de casa.

Hay otro ángulo: la ansiedad cosmética nos ha hecho coleccionar botes que caducan en silencio. Esta crema funciona porque desactiva el FOMO y activa el uso real: está ahí, no intimida, da gustito rápido y no compite con nada. Quien la compra, la gasta. Y si la estantería aparece vacía, no nace un drama, nace una historia que contar en el grupo de amigos, con ese tono entre queja y orgullo de cazachollos que tanto une. ¿Durará? Probablemente mientras siga cumpliendo su promesa sin subirse al carro de las promesas imposibles.

Para la cadena, el reto está en la reposición y en no tocar lo que funciona: misma fórmula, mismo precio, mismo envase reconocible. Para nosotros, el reto es no convertir un buen básico en una caza del tesoro agotadora. La conversación interesante no es “qué tiene de mágico”, sino “por qué nos calma tanto tener un básico fiable en la repisa”. Ahí es donde esta pequeña crema low-cost se ha colado, entre el café de la mañana y el whatsapp del trabajo, con un mensaje muy claro: cuidar la piel no tiene por qué ser un lujo ni una complicación críptica.

Si algo deja esta fiebre semanal es una invitación a mirar el neceser con ojos nuevos: ¿qué productos realmente usas a diario, cuáles repites sin pensar, cuáles solo ocupan espacio? Tal vez lo valioso aquí no sea la crema en sí, sino el recordatorio de que lo sencillo, cuando está bien hecho, resuelve más de lo que promete. En un país de agendas comprimidas y bolsillos vigilantes, una hidratante que no pide ceremonias y cumple con su deber conquista por fatiga del exceso. Comparte tus trucos, pruébala con cabeza, cuéntale a tu vecina si te fue bien. La conversación, como la piel, se hidrata mejor cuando circula sin ruido.

FAQ :

• ¿Cuál es exactamente la crema hidratante de Mercadona que se agota?Una hidratante facial de línea propia —**Deliplus**— de textura ligera y precio inferior a 4 € que se ha vuelto viral por su relación calidad-precio.
• ¿Para qué tipo de piel está pensada?Piel normal a mixta. En piel muy seca puede quedarse corta sola; combínala con serums humectantes o una capa final más nutritiva.
• ¿Funciona debajo del maquillaje?Sí. Deja un acabado cómodo y sin residuos; espera un minuto tras aplicarla antes de la base para un resultado más pulido.
• ¿Cada cuánto reponen en tienda?Varía por zona, pero suele haber reposición varias veces por semana; por la mañana hay más opciones de encontrar stock.
• ¿Hay alternativas si está agotada?Busca lociones con glicerina y hialurónico en farmacias o supermercados, y vuelve a por esta cuando repongan sin entrar en compras impulsivas.