El trabajo aprieta, duermes mal, la ansiedad te muerde en el estómago. Y si existiera una forma concreta, entrenable, de desactivar el drama mental en pocos días. Rafael Santandreu, psicólogo español, insiste: no necesitas “magia”, necesitas rigor mental. La promesa suena grande. La pregunta, aún más simple: ¿y si pensar mejor fuera un hábito y no un don?
La tarde huele a café recién molido en una librería de Barcelona. Un grupo pequeño escucha a Santandreu con los codos apoyados en la mesa, subrayador en mano. Él no eleva la voz, pero cada frase cae con peso: habla de exigencias, de catastrofismo, de ese “me pasa a mí y solo a mí” que nos encierra. Una chica toma notas furiosas; un chico asiente, como si por fin alguien hubiera puesto nombre a su ruido interno. De pronto, una línea corta atraviesa la sala: “Cambia tu vida en pocos días cuando empiezas a pensar correctamente”. Y se hace un silencio raro.
¿Y si fuera verdad?
Pensar correctamente: del drama al foco
La idea central de Santandreu es incómoda y liberadora a la vez: **Pensar correctamente no es pensar en positivo**, es pensar en realista. Su combate va contra dos enemigos con apellido propio: la “terribilitis” y la “necesititis”. Cuando el cerebro dicta “esto es terrible y no lo soporto”, el cuerpo obedece con tensión y evitación. Cambiar la frase cambia la química. Y cambia tu agenda.
Laura, 34, programadora, entraba en pánico ante las presentaciones. Empezó con una tabla de dos columnas: pensamiento (catástrofe probable) y respuesta (lectura realista). En cinco días pasó de “haré el ridículo” a “puede salir regular, pero podré corregir”. Su ansiedad bajó de 8/10 a 3/10. La semana siguiente, habló frente a veinte personas con las manos templadas.
La explicación no es mística: el bucle “debería–si no–soy un desastre” dispara alarma. Sustituirlo por “me gustaría–si no–seguiré adelante” reduce la amenaza. El cerebro aprende porque repites, no porque entiendas. Cuando disputas creencias con constancia, la emoción se reeduca y el hábito mental se estabiliza. Todos hemos vivido ese instante en el que una frase distinta cambia la mañana entera.
Cómo empezar en 7 días (sin volverse loco)
Primer gesto: un “Ancla Matinal” de 7 minutos. Escribe tres preocupaciones y respóndelas con una lectura “suficientemente buena”. Añade 2 minutos de respiración 4-4-6 y una microdecisión valiente para hoy. Marca una X cuando la completes. **La práctica diaria crea músculo mental**. No te enamores del cuaderno; enamórate de la repetición.
Errores que hunden el barco: querer sentirte maravillosamente desde el día uno y medir “éxito” por ausencia total de ansiedad. También compararte con tu yo ideal. Seamos honestos: nadie hace esto todos los días. Aun así, dos días buenos por semana ya mueven la aguja. No te castigues por las recaídas; regresa al método sin drama.
Una frase que merece marco:
“Cambia tu vida en pocos días cuando empiezas a pensar correctamente”. — Rafael Santandreu
- Redacta respuestas realistas, no perfectas.
- Reduce la “necesidad” a “preferencia”: menos tiranía, más margen.
- Elige una exposición pequeña diaria: la incomodidad es tu gimnasio.
- Registra una evidencia que contradiga tu catástrofe.
- Revisión nocturna de 2 minutos: qué funcionó y por qué.
Lo que se mueve cuando se mueve tu cabeza
No hay épica aquí, hay trabajo fino. Cuando cambias tu manera de pensar, cambias tu manera de decidir. Te vuelves más ligero con los errores, menos teatral con las críticas. Y sí, empiezas a notar las *pequeñas victorias cotidianas*. Salen tímidas al principio; luego vienen en cadena. **Menos drama, más estrategia**.
El efecto dominó sorprende. Duerme un poco mejor quien deja de rumiar antes de acostarse. Rinde mejor quien negocia con sus miedos sin negociar con sus valores. Todo se ve igual por fuera, pero por dentro te has movido un metro hacia la calma. Y ese metro te cambia la semana.
Tal vez no controles el mundo, pero sí la gramática con la que lo narras. Este es el punto de Santandreu que a veces incomoda: el poder no está solo en lo que te pasa, sino en lo que te dices. Cambiar la conversación interna es menos glamuroso que un mantra viral. Funciona más.
| Punto clave | Detalle | Interés para el lector |
|---|---|---|
| Pensar en realista | Sustituir “terrible” por “molesto” y “necesito” por “prefiero” | Reduce ansiedad y te devuelve margen de maniobra |
| Disputar creencias | Tabla pensamiento–respuesta con pruebas a favor y en contra | Método concreto, replicable en 7 minutos |
| Exposición mínima diaria | Un acto valiente pequeño que contradiga el miedo | Activa aprendizaje emocional y acelera cambios |
FAQ :
- ¿Qué significa “pensar correctamente” para Santandreu?Pensar con criterios realistas y flexibles, sin catastrofismo ni exigencias absolutas.
- ¿De verdad se notan cambios en pocos días?Se notan microcambios en una semana y mejoras claras en 2–4 semanas si entrenas a diario.
- ¿Sustituye esto a una terapia?No siempre; es un entrenamiento útil que puede complementar una terapia profesional.
- ¿Qué hago cuando recaigo?Vuelve al método sin culpas, identifica el pensamiento tirano y repite la respuesta realista.
- ¿Por dónde empiezo si estoy muy bloqueado?Un Ancla Matinal de 7 minutos y una exposición mínima que te incomode un 20–30 %.









